Universo noviembre-diciembre 2019
6 NOVIEMBRE-DICIEMBRE 2019 dor de estrellas muy pequeñas. El umbral mí- nimo en este campo de investigación está re- presentado actualmente por las súper-Tierras más grandes, cuyos principales gases atmos- féricos dejan una firma (apenas distinguible con los mejores instrumentos) en la pequeña fracción de luz estelar que atraviesa sus at- mósferas antes de llegar al observador. No hay suficiente señal proveniente de at- mósferas planetarias similares a la Tierra para que los astrónomos puedan distinguir la señal del ruido. Por lo tanto, es inútil mirar estos E sta ilustración es un buen ejemplo de cómo los medios de comunicación ilustraron la súper Tierra K2-18 b después de enterarse del descubrimiento del vapor de agua en su atmós- fera. El gas atmosférico pronto se transformó en grandes ex- tensiones de agua superficial. [Harvard University] sea difícil (por no decir imposi- ble) de existir. Esos planetas son las llamadas “súper-Tierras”, a las cuales las convenciones bas- tante elásticas atribuyen masas entre 2 y 10 masas terrestres y 2 y 4 diámetros terrestres. Sabemos muy poco sobre las súper-Tierras porque no tene- mos ninguna en nuestro sis- tema solar, a pesar de que son los planetas más comunes en la galaxia. Sabemos que es relati- vamente fácil descubrirlos en tránsito frente al disco de sus estrellas cuando éstas son ena- nas tipo M. También sabemos que estas pequeñas estrellas esconden trampas no despre- ciables, lo que las hace quizás totalmente inadecuadas para albergar vida en sus planetas. Los aspectos positivos y negati- vos de la búsqueda de planetas potencialmente habitables al- rededor de las enanas rojas se abordaron suficientemente en el número anterior de esta re- vista. Aquí, queremos entender por qué, aunque es poco pro- bable que haya una habitabilidad similar a la terrestre en las súper-Tierras en enanas M, los astrónomos están particularmente involucra- dos en la búsqueda de agua en las atmósferas de estos planetas. La razón es simple: ni si- quiera los telescopios más potentes que ope- ran actualmente en el espacio o en el suelo permiten el reconocimiento inequívoco de la firma dejada por las moléculas de agua en los espectros de las atmósferas de los planetas tan pequeños como la Tierra (más ó menos), incluso aunque estos planetas orbiten alrede- UNIVERSO
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