Universo noviembre-diciembre 2018

NOVIEMBRE-DICIEMBRE 2018 E ste diagrama re- presenta las ob- servaciones fotomé- tricas del Telescopio Espacial Hubble del tránsito del Kepler- 1625b. Después de que se completó el tránsito de 19 horas del planeta, los astró- nomos notaron una segunda caída más pequeña en la curva de luz aproximada- mente tres horas y media más tarde (pa- nel 4). La segunda in- mersión se interpreta como la señal de una luna que sigue al pla- neta. [NASA, ESA, D. Kipping (Columbia University), and A. Feild (STScI) ] rriera con un avance o un retraso notable, esto significaría que hay una masa no des- preciable que altera la velocidad orbital del planeta. Esa masa puede ser otro planeta, probablemente colocado en una órbita más externa, o una luna en órbita alrededor del planeta en tránsito. El primer escenario no es fácilmente verifica- ble si el planeta perturbador no parece tran- sitar el disco estelar. El segundo escenario se puede comprobar al resaltar el otro tipo de huella digital, es decir, una caída secundaria muy leve en la luz de la estrella, que se ma- nifiesta durante el tránsito o en su proximi- dad, pero que no es imputable al planeta. Dependiendo de dónde se encuentre la luna con respecto al observador, puede entrar en el disco estelar antes que el planeta, o puede seguirlo o confundirse con él. Por lo tanto, la curva de luz puede ser bastante compleja, pero está claro que cuanto más grande sea la luna, menos difícil es descubrirla. Los instrumentos actuales pueden permitir el descubrimiento de lunas mucho más grandes que las que conocemos. De ello se deduce que debemos buscarlas alrededor de plane- tas gigantes. Entre los 284 mundos investi- gados por Kipping y Teachey, solo uno mos- tró durante los tránsitos la doble huella que puede interpretarse como la presencia de una luna. Ese planeta se llama Kepler-1625b y es el único conocido en órbita alrededor de Kepler-1625, una estrella de masa compara- ble a la del Sol, pero con un diámetro 80% mayor. Estas características físicas sugieren que Kepler-1625 es una estrella antigua, con edad comprendida entre 7 y 11 mil millones de años. Su planeta atraviesa una órbita que se parece a la de la Tierra y que se encon- traba dentro de la zona habitable de la es- trella en los primeros 5400 millones de años. A pesar de la posición favorable, podemos, sin embargo, excluir que Kepler-1625b haya sido un mundo hospitalario ya que es un gi- UNIVERSO

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