Universo septiembre-octubre 2024

7 SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2024 ASTRO PUBLISHING UNIVERSO R enderización de una esfera de Dyson casi completada. Para todas las variantes de estas megastructuras hipotéticas, no está claro cómo la energía estelar recogida por la superficie interna de la esfera podría ser transferida al planeta de origen de la civilización constructora o a otros destinos. [Neil Blevins] E l espectro electromagnético, con la subregión que incluye el infra- rrojo cercano, medio y lejano, resaltada. [Technology Networks] llas que rodean y, al calentarse inter- namente, irradiarían desde la super- ficie externa una cantidad no des- preciable de luz infrarroja, que Dyson sugirió buscar en longitudes de onda entre 8 y 12 micrones, una de las me- jores ventanas (la llamada Banda N) accesible por telescopios terrestres. (El primer telescopio espacial de in- frarrojos, IRAS, fue lanzado más de veinte años después y observó más de 250.000 fuentes en 12, 25, 60 y 100 micrones). Según la visión inicial de Dyson, una civilización tecnológicamente mucho más avanzada que la nuestra tendría los medios para extraer directamente de los planetas de su sistema todo el material necesario para construir una esfera. Asignando a esta última un radio de dos unidades astronómicas y un grosor de unos pocos metros, Dyson calculó que la megastructura podría (teóricamente) construirse re- convirtiendo toda la masa de un pla- neta tan grande como Júpiter. Es fácil imaginar que las esferas de Dyson permanecieron durante mu- cho tiempo como una idea extrava- gante, cuya búsqueda, probablemen- te, casi ningún astrónomo intentó. Sin embargo, en las últimas décadas, ocasionalmente han vuelto a la pales- tra, gracias a la multiplicación de es- tudios infrarrojos realizados tanto desde el suelo (por ejemplo, 2MASS) como desde el espacio (por ejemplo, WISE). Aunque los propósitos de es- tos estudios no tenían nada que ver con la búsqueda de megastructuras

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