Universo septiembre-octubre 2020

SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 I mágenes de radio de Antares obtenidas con ALMA y el VLA. ALMA observó Antares cerca de su superficie en longitudes de onda más cortas, mientras que las longitudes de onda más largas observadas por el VLA revelaron la atmósfera de la estrella, más distante de la superficie. En la imagen del VLA se aprecia un enorme viento a la derecha, expulsado por Antares y encen- dido por su estrella compañera, más pequeña y caliente, Antares B. [ALMA (ESO/NAOJ/NRAO), E. O’Gorman; NRAO/AUI/NSF, S. Dagnello] tiene 2,5 veces el radio de la estrella (la cromosfera de nuestro Solo tiene solo 1/200 de su radio). Asimismo, descubrieron que la temperatura de la cromosfera es más baja de lo que se había inferido anteriormente a partir de observaciones ópticas y ul- travioletas, y alcanza un valor má- ximo de 3500 grados Celsius (6400 grados Fahrenheit), antes de descen- der gradualmente. En comparación, la cromosfera del Sol alcanza tempe- raturas de casi 20000 grados Celsius. «No dimos cuenta de que la cromos- fera es más bien tibia en términos de temperaturas estelares» , comenta O’Gorman. «La diferencia se debe a que nuestras mediciones de radio son sensibles a la mayor parte del gas y el plasma de la atmósfera de la estrella, mientras que las observaciones ópti- cas y ultravioletas realizadas ante- riormente eran sensibles únicamente al plasma y al gas muy calientes.» «Creemos que las estrellas supergi- gantes rojas como Antares y Betel- geuse tienen atmósferas poco homo- géneas» , afirma el coautor del artí- culo Keiichi Ohnaka, de la Universi- dad Católica del Norte (Chile), quien anteriormente había observado la atmósfera de Antares en luz infra- rroja. «Podemos imaginar que sus atmósferas son como una pintura hecha de muchos puntos de colores que representan distintas tempera- turas. La mayor parte de la pintura contiene puntos de gas tibio que los radiotelescopios no pueden detec- tar, pero también hay puntos fríos que solo los telescopios infrarrojos ven y puntos calientes que solo son captados por los telescopios UV. Por el momento no podemos estudiar estos puntos de forma individual, pero queremos intentarlo en el fu- turo.» En los datos de ALMA y del VLA, los astrónomos pudieron dis- tinguir claramente por primera vez la cromosfera y la zona donde em- piezan a formarse los vientos. En la imagen del VLA se aprecia un enorme viento expulsado por Anta- res y encendido por su estrella com- pañera, más pequeña y caliente, An- tares B. «Cuando era estudiante so- ñaba con tener datos como estos» , cuenta el coautor Graham Harper, de la Universidad de Colorado (Boul- der, EE. UU.). «Conocer los tamaños y temperaturas reales de las zonas atmosféricas nos da una pista sobre cómo estos vientos se forman y cuánta masa es expulsada.» «Normalmente vemos las estrellas en el cielo nocturno como simples puntos de luz. El hecho de que po- damos mapear las atmósferas de estas estrellas supergigantes pone de manifiesto los avances tecnológi- cos logrados en interferometría. Estas observaciones pioneras nos acercan el Universo, y nos permite observarlo como si estuviéramos ob- servando nuestro jardín» , celebra Chris Carilli, del Observatorio Radio- astronómico Nacional de Estados Unidos, quien participó en las pri- meras observaciones de Betelgeuse en distintas longitudes de onda de radio con el VLA en 1998. UNIVERSO !

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