Universo septiembre-octubre 2020

22 SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 CRÓNICAS ESPACIALES Entre ellas, se encuentra la ubicación y la temperatura de la estrella de neutrones. De acuerdo con modelos informáticos de supernovas, la ex- plosión “expulsó” la estrella de neu- trones de su lugar de nacimiento a una velocidad de cientos de kilóme- tros por segundo (decenas de veces más rápido que el cohete más veloz fabricado a la fecha por los huma- nos). Y la mancha se encuentra exac- tamente donde los astrónomos pre- dijeron que habría una estrella de neutrones hoy. En tanto, la tempe- ratura de dicha estrella, que según las predicciones tendría cerca de 5 millones de grados Celsius, propor- ciona la energía suficiente para ilu- minar la mancha como se ve hoy. Al contrario de lo que muchos espe- raban, la estrella de neutrones pro- bablemente no sea un púlsar. «La energía de un púlsar depende de cuán rápido gira y de la intensidad Dany Page es un astrofísico de la Universidad Nacional Autónoma de México que ha estudiado SN 1987A desde el principio. «Yo estaba en pleno doctorado cuando se produjo la supernova. Fue uno de los aconte- cimientos más importantes de mi vida, y me hizo cambiar el rumbo de mi carrera para tratar de desvelar el misterio» , cuenta. «Es una versión moderna del Santo Grial.» El estudio teórico de Page y su equi- po, publicado en The Astrophysical Journal , avala la tesis defendida por el equipo de ALMA, según la cual la mancha de polvo brilla por influen- cia de la estrella de neutrones. «Pese a la gran complejidad de las explosiones de supernova y las con- diciones extremas que reinan al in- terior de las estrellas de neutrones, la existencia de una mancha de polvo caliente confirma varias pre- dicciones» , explica Dany Page. de su campo magnético, y estos dos factores tendrían que arrojar valo- res muy específicos para coincidir con las observaciones. En tanto, la energía térmica emitida por la su- perficie caliente de una joven estre- lla de neutrones coincide a la per- fección con los datos obtenidos» , explica Dany Page. «La estrella de neutrones se com- porta exactamente como esperába- mos» , agrega James Lattimer, de la Universidad Stony Brook, de Nueva York, quien forma parte del equipo de investigación de Dany Page. James Lattimer también ha seguido SN 1987A de cerca, y antes de que esta surgiera ya había publicado predicciones acerca de la señal de neutrinos emanada de las superno- vas que, ulteriormente, coincidieron con las observaciones. «Esos neutri- nos son un indicio de que nunca se formó un agujero negro. Por lo demás, la presencia de un agujero negro difícilmente explicaría el brillo de la mancha que se ha observado. Comparamos todas las posibilidades y llegamos a la conclusión de que la explicación más plausible era la exis- tencia de una estrella de neutrones caliente.» Esta estrella de neutrones consistiría en una bola de materia ultradensa y extremadamente caliente de 25 km de diámetro. Una cucharada de ese material pesaría más que todos los edificios de Nueva York juntos. Y al tener solo 33 años, sería la es- trella de neutrones más joven que se haya observado. La segunda estrella de neutrones más joven que conoce- mos se encuentra en el remanente de supernova Cassiopeia A, y tiene 330 años. Solo una imagen directa de la estre- lla de neutrones demostraría defini- tivamente su existencia, pero para eso los astrónomos tienen que espe- rar algunos decenios más hasta que el polvo y el gas del remanente de supernova se despeje un poco. ! UNIVERSO E sta colorida imagen de los complejos restos de la supernova 1987A, obtenida en múltiples longitudes de onda, se generó a partir de datos de tres observatorios di- ferentes. En rojo se muestra el gas frío presente en el centro del remanente de super- nova observado en longitudes de onda de radio por ALMA. En verde y azul se muestra la onda de choque en expansión generada por la explosión que entra en colisión con un anillo de material presente alrededor de la supernova. El color verde representa el brillo de la luz visible capturada por el telescopio espacial Hubble, de la NASA. El azul revela la presencia de gas más caliente según los datos obtenidos por el Obser- vatorio Chandra de Rayos X, de la NASA. Al principio el anillo empezó a brillar por efecto del destello de luz emanado de la explosión original. En los años posterio- res, el material del anillo aumentó consi- derablemente su brillo al recibir el golpe de la onda de choque. [ALMA (ESO/NAOJ/ NRAO), P. Cigan and R. Indebetouw; NRAO/ AUI/NSF, B. Saxton; NASA/ESA]

RkJQdWJsaXNoZXIy MjYyMDU=