Universo septiembre-octubre 2019
13 SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2019 netarias y descubrir cómo responden a las di- ferentes estrellas anfitrionas. Luego, intro- dujo las características de esas atmósferas en un modelo que simula el espectro planetario y muestra cómo los espectros de los planetas similares a la Tierra podrían aparecer en fu- turos telescopios que se dedicarán a ese tipo de observaciones. Entre estos instrumentos, los más esperados son PLATO (PLAnetary Transits and Oscillations of stars satellite), HabEx (Habitable Exoplanet Observatory) y LUVOIR (Large UV Optical Infrared surveyor). Las simulaciones de Giada Arney sugieren que las enanas K5, K6, K7, K8, K9 podrían ser objetivos excelentes para la investiga- ción de firmas biológicas. Además de las ventajas ya vistas, estas estrellas ofrecen ac- ceso a una amplia gama de longitudes de onda para los planetas en las zonas habita- bles, también con restricciones del llamado IWA (Inner Working Angle), que define la separación angular más pequeña entre un planeta y una estrella a la que el planeta se puede resolver y observar directamente. Este es el límite más relevante para futuros telescopios, que, de alguna manera, se verán obligados a apuntar a estrellas cerca del Sol. Según Giada Arney, los objetivos más inte- resantes son 61 Cyg A y B (11,4 años luz), Ep- silon Indi (11,8 años luz), Groombridge 1618 (15,9 años luz y HD 156026 (36 Ophiuchi C, 19,5 años luz). Los primeros tres ofrecen una relación señal/ruido 1,6 veces mejor que Tau Ceti (11,9 años luz), la enana G más cercana después del Sol y Alpha Centauri A. El cuar- to ofrece una relación señal/ruido de 1,4 veces mejor que la enana G 82 Eridani (19,8 años luz). Desafortunadamente, hasta ahora no se han descubierto planetas potencial- mente similares al nuestro alrededor de estas estrellas. En resumen, la lista de objetivos potenciales es tristemente corta y las otras dos Tierras candidatas conocidas en la zona habitable de enanas K (Kepler-442 b y Kepler-62 f) están a 1100-1200 años luz de distancia, mu- cho más allá de los límites de un IWA acep- table. Esperar encontrar biofirmas en un nú- mero tan pequeño de atmósferas (ni siquiera estamos seguros de que se parezcan a las te- rrestres) es un verdadero acto de fe, ¡pero en algún lugar debemos comenzar! tranquila, con un número significativamen- te menor de erupciones intensas. Mediciones recientes realizadas en rayos UV y rayos X, por un equipo de investigadores dirigido por Tyler Richey-Yowell (Universidad Estatal de Arizona, Tempe), en un grupo de enanas K jóvenes (de 10 a aproximadamente 600 millones de años) han demostrado que cualquier planeta en sus zonas habitables recibirían un flujo de radiación de 5 a 50 ve- ces menos intenso de lo que recibirían orbi- tando alrededor de enanas M0, M1, M2, y un flujo de 50 a 1000 veces menos intenso de lo que recibirían orbitando alrededor de enanas M7, M8, M9 (las más pequeñas pero también las estrellas más dañinas). En su estudio teórico, Giada Arney utilizó un modelo de computadora para simular la quí- mica y la temperatura de las atmósferas pla- UNIVERSO !
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