Universo julio-agosto 2024

15 JULIO-AGOSTO 2024 ASTRO PUBLISHING UNIVERSO U na vista desde los suburbios de Rochester, Nueva York. La aurora brillaba a través de las farolas, los estacionamientos inundados de luz de los principales centros comerciales cercanos y entre otras fuentes hostiles al cielo oscuro. [Damian Allis] L as llamadas “Luces del Norte” iluminan el cielo sobre la Bahía Norte de San Francisco, vistas desde China Camp Beach, en San Rafael, el 11 de mayo de 2024. [Tayfun Coskun/ Getty Images] cialmente devastadora para nuestras tecnologías, en 2021, un equipo ja- ponés dirigido por Soshi Okamoto (Universidad de Kioto, Departamen- to de Astronomía) examinó la base de datos del telescopio espacial Ke- pler. Este instrumento observó más de 90.000 estrellas tipo G (la clase es- pectral que incluye al Sol) durante cuatro años, buscando tránsitos pla- netarios. Un subproducto de esta mi- sión fue el registro de picos en la ac- tividad estelar, incluidas grandes lla- maradas. Se demostró así que, en el período considerado, 15 estrellas li- beraron 26 llamaradas que fueron hasta 100 veces más poderosas que el Evento Carrington. Esta frecuencia fue confirmada por las observacio- nes del primer año de actividad del Transiting Exoplanet Survey Satellite (TESS), el sucesor de Kepler. Basán- dose en estos datos, el equipo de in- vestigadores cree que una estrella similar al Sol podría producir una lla- marada unas 10 veces más enérgica que el Evento Carrington cada 3.000 años y una llamarada unas cien veces más enérgica cada 6.000 años. Solo nos queda confiar en la suerte. cativamente más poderosos que el Evento Carrington, ya que este último no de- jó rastros evidentes de ese tipo. Las búsquedas aún más atrás en el tiempo, ba- sadas en partículas radiacti- vas atrapadas en el hielo de Groenlandia, reportan una posible tormenta geomag- nética muy poderosa que data de hace 9.200 años. Esta aparente escasez de eventos no debe ser engañosa por- que la aleatoriedad juega un papel no despreciable; solo hay que pensar que en la última semana de julio de 2012, una masa de plasma coronal comparable a la del Evento Carring- ton cruzó la órbita de la Tierra, mien- tras esta última estaba a solo nueve días de distancia. Para tener una imagen general me- nos dependiente de nuestro punto de vista y entender con qué frecuen- cia una estrella similar al Sol puede li- berar una cantidad de plasma poten- !

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