Universo julio-agosto 2024
JULIO-AGOSTO 2024 UNIVERSO de 1859. Antes de que existieran las redes y dispositivos eléctricos, esos fenómenos solo llamaban la aten- ción por la aparición de auroras. Entender los mecanismos subyacen- tes al desencadenamiento de las eyecciones de masa coronal y pre- U na documentación fotográfica muy rara del desarrollo de una llamarada solar de luz blanca, que apareció en una región muy activa el 31 de marzo de 2001. A pesar de un comportamiento anómalo en la emisión de radiación a altas energías, no hay duda de que fue un fenómeno en ciertos as- pectos similar al reportado por Carrington, aunque mucho menos energético. [Antonio Finazzi, Chiuduno, Bérgamo, Italia − adaptado de l’Astronomia ] pocos días de advertencia sobre la llegada de un flujo de plasma solar. Solo podemos minimizar el daño. Se requeriría un gran compromiso financiero, de tiempo y de mano de obra para reconstruir preventiva- mente las redes eléctricas y los siste- mas de comunicación a fin de que puedan resis- tir completamente un nuevo Evento Carring- ton, pero los gobiernos de todo el mundo han mostrado poco o ningún interés en hacerlo. La imprevisibilidad de las CMEs se refleja inevita- blemente en las estima- ciones de su frecuencia, estimaciones que se ca- racterizan por un amplio margen de incertidum- bre. Los estudios de los residuos de Carbono-14 atrapados en los anillos de los árboles destacan eventos tipo Carrington en el 994 d.C., 774 d.C. y 660 a.C., siendo el pri- mero y el tercero signifi- L a aurora en el horizonte, fotografiada el 10 de mayo cerca del faro de St. Mary en Whitley Bay, Inglaterra. [Owen Humphreys/ Associated Press] decir su magnitud es una prioridad para los físicos solares. Pero incluso con la flota actual de naves espacia- les dedicadas a observar el Sol, to- do lo que los científicos realmente pueden hacer ahora es proporcio- nar, en el mejor de los casos, unos
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