Universo julio-agosto 2024

10 JULIO-AGOSTO 2024 ASTRO PUBLISHING UNIVERSO nologías de 1859. Las prin- cipales víctimas fueron las líneas de telégrafo, una in- vención patentada quince años antes, que se esta- ba volviendo cada vez más extendida en el “mundo civilizado”. Hay testimonios históricos en Europa, América del Norte y Australia que ha- blan de chispas provenientes de los cables que transportaban las señales, chispas que, en algunos casos, causa- ron pequeños incendios. Otros testimonios se refieren a des- cargas eléctricas sufridas por los tele- grafistas y a líneas tan cargadas con “corriente auroral” que permitieron la transmisión de mensajes sin ener- gía de batería. En otros casos, como lo presenció la American Telegraph Company, las líneas estaban tan so- brecargadas de energía que las co- municaciones fueron imposibles du- rante unos días. En varias áreas, fue necesario reparar daños materiales en la infraestructura telegráfica. Aquí está cómo los medios de la época (esencialmente diarios) infor- maron sobre esos eventos. The Boston News-Letter − 3 de sep- tiembre de 1859: “Ayer hubo una gran tormenta magnética que afectó todas las líneas de telégrafo del país. Las líneas de telégrafo en Boston es- tuvieron todas interrumpidas duran- te varias horas, y algunas de ellas es- tuvieron tan dañadas que no se re- pararán en varios días. La tormenta también afectó las brújulas magnéti- cas en los barcos, y algunos buques perdieron su rumbo.” The London Times − 5 de septiembre de 1859: “En la noche del 1 al 2 de septiembre [...] las brújulas magnéti- cas fueron tan afectadas que fue im- posible guiarse por ellas. La aurora boreal se vio en muchos lugares don- de rara vez se ve, y en algunos luga- res fue tan brillante que era posible leer con su luz.” E xtracto de una página del periódico The Moreton Bay Courier (Brisbane) del 7 de septiembre de 1859, que habla sobre las extraordinarias auroras y los efectos se- cundarios conectados al Evento Carrington. Incluso en el Hemisferio Sur, no faltaron testimonios sobre perturbaciones eléctricas y la sobrecarga de líneas telegráficas. The London Times − 6 de septiembre de 1859: “Olas de luz se acumularon en rápida sucesión hasta el cenit, al- gunas con suficiente brillo como pa- ra proyectar una sombra perceptible en el suelo.” The Moreton Bay Courier − 7 de sep- tiembre de 1859: “Como probable- mente todos nuestros lectores vie- ron la Aurora al igual que nosotros, y como algunos de los que la vieron testificaron una apariencia similar en las Islas del Sur, tomaremos la eviden- cia del Sr. Scott, del Observatorio de Sydney, quien, escribiendo el 29 del mes anterior, el lunes pasado, al He- rald, dice: ‘He estado observando, con considerable interés, el primer espécimen que he presenciado de la Aurora del Sur. [...] Me recordó inme- diatamente que el Sr. Cracknell, esta

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