Universo julio-agosto 2020

31 JULIO-AGOSTO 2020 GALAXIAS tado de ese paso cer- cano de la galaxia ena- na. El Sol se encuentra en el disco delgado y, por lo tanto, podría es- tar dentro de ese 24%. Los acercamientos pos- teriores de la galaxia enana de Sagitario pro- dujeron efectos menos relevantes en el disco delgado y efectos casi imperceptibles en el disco grueso, pero con- tribuyeron a aumentar la masa estelar de nues- tra galaxia. Lo contrario le sucedió a la galaxia enana de Sagitario. De hecho, un análisis de su contenido estelar mostró que entre 5 y 7 mil millones de años atrás, la formación de nuevas estre- llas y el enriquecimiento químico eran los tí- picos de las galaxias enanas. Después de acercarse al pericentro hace 5700 millones de años, la tasa de formación estelar colapsó, una señal de una notable pérdida de gas, probablemente adquirido por la Vía Láctea. En este punto, ¿podemos decir que la chispa que dio origen al Sol, la Tierra y a nosotros mismos surgió de un paso cercano de la ga- laxia enana de Sagitario? Con certeza, no, debido a las dificultades a las que se enfren- tan los investigadores para representar la di- námica orbital de la galaxia enana. Sin embargo, es innegable que la forma ac- tual de la Vía Láctea y su masa estelar son, al menos en parte, el resultado de la acción de una multitud de galaxias satélite (se co- nocen unas sesenta), entre las cuales la ga- laxia enana de Sagitario ha desempeñado, ciertamente, un papel importante, más que el de las Nubes de Magallanes, que solo están en su primer acercamiento. Sagitario también podría haber comenzado indirectamente la formación del sistema solar, favoreciendo el nacimiento de esa es- trella masiva que luego produciría la super- nova que muchos astrónomos consideran que es la fuente de nuestra existencia. Aún, permanecen abiertas todas las hipótesis. H istoria de la formación de estrellas en la bur- buja de 2 kpc alre- dedor del Sol, dis- tinguiendo entre discos galácticos delgados y grue- sos. La tasa de for- mación de estre- llas se expresa en unidades arbitra- rias para ambas subestructuras de disco. El recuadro muestra la distri- bución espacial de las estrellas que pertenecen a cada subestructura en el plano x-z. No se han incluido en el análisis algunas regiones cercanas al plano galáctico debido a la fuerte extinción de la señal en esas di- recciones. Las es- trellas se dividie- ron en estrellas de disco delgado o de disco grueso en función de la velo- cidad tangencial. Los cuatro picos de formación este- lar de los últimos 6 mil millones de años son eviden- tes, incluido el ac- tual, aún no bien definido. [T. Ruiz- Lara et al.] ! peñó un papel no marginal en la construc- ción de la masa estelar del disco de la Vía Láctea, y que probablemente el Sol y su sis- tema planetario se formaron como conse- cuencia de un paso cercano de la galaxia enana, y no debido a la explosión de una su- pernova. El paso de hace unos 5700 millones de años podría ser el que creó las condicio- nes para el posterior nacimiento del sistema solar. Es cierto que el Sol se formó unos mil millones de años después del pico de ese evento, pero pueden haber intervenido va- rios factores para retrasar su formación. Por ejemplo, debe haber transcurrido suficiente tiempo para que las perturbaciones gravita- cionales generen un grado suficiente de falta de homogeneidad en la distribución de gas y polvo, para desencadenar el colapso de las nubes de materia y el consiguiente naci- miento de nuevas estrellas. Aunque parece imposible reconstruir con precisión la secuencia de eventos, el estallido de formación estelar causado por la galaxia enana de Sagitario antes, durante y después del acercamiento de hace 5700 millones de años es muy evidente tanto en el disco grueso como en el disco delgado. En estos dos componentes cinemáticos de nuestra ga- laxia, el equipo de Ruiz-Lara ha descubierto que, respectivamente, el 16% y el 24% de las estrellas podrían haber nacido como resul- UNIVERSO

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