Universo julio-agosto 2019

30 JULIO-AGOSTO 2019 CRÓNICAS ESPACIALES riaciones sutiles en la luz recibida de este sistema para identificar el mate- rial adicional que está siendo arran- cado de la superficie del planetesimal. A partir de las observaciones realiza- das con el espectrógrafo OSIRIS del Gran Telescopio Canarias (GTC), insta- lado en el Observatorio del Roque de los Muchachos (Garafía, La Palma), el equipo estudió un disco de escom- bros que orbita a una enana blanca a 410 años luz de distancia de la Tierra. Este disco está formado por cuerpos rocosos compuestos de hierro, ma- gnesio, silicio y oxígeno, los cuatro bloques clave en la construcción de nuestro planeta y la mayoría de los cuerpos rocosos. Dentro de ese disco descubrieron un anillo de gas que fluía de un cuerpo sólido, como si se tratase de la cola de un cometa. Este gas puede estar generado por el pro- pio cuerpo o por la evaporación del polvo al chocar con pequeños resi- duos dentro del disco. Los astróno- mos estiman que este cuerpo debe de tener un tamaño de al menos un kiló- metro, aunque podría alcanzar unos pocos cientos de kilómetros de diá- metro, comparándose con algunos de los asteroides más grandes conocidos en el Sistema Solar. Las enanas blancas son los cadáveres de estrellas como nuestro sol que han quemado todo su combustible y se han desprendido de sus capas exte- riores, dejando atrás un denso núcleo que se enfría lentamente. Este es el caso de la estrella anfitriona de este sistema, que se ha encogido tanto que el planetesimal orbita dentro del radio original de su sol. Los datos del estudio sugieren que estos fragmen- tos fueron parte de un cuerpo más grande en su sistema solar y, proba- blemente, se trata de un planeta pul- verizado cuando la estrella comenzó su proceso de enfriamiento. El autor principal de este artículo es Christopher Manser, investigador del Departamento de Física de la Univer- sidad de Warwick. «La estrella habría tenido originalmente alrededor de dos masas solares, pero ahora la UNIVERSO U n grupo de astrónomos, lide- rado por la Universidad de Warwick y en el que participa personal investigador del IAC y la ULL, ha descubierto fragmentos de un planeta que ha sobrevivido a la muerte de su estrella, dentro de un disco de escombros formado por otros planetas destruidos que sirven de alimento al astro anfitrión. Los re- stos de este planeta, rico en hierro y níquel, sobrevivieron a la destrucción de todo el sistema, que siguió a la muerte de su estrella anfitriona, SDSS J122859.93+104032.9. Se piensa que el planetesimal formó parte alguna vez de un planeta más grande. Su su- pervivencia es especialmente asom- brosa ya que orbita muy cerca de su estrella, mucho más de lo que se creía posible, en una órbita de dos horas. En este descubrimiento que hoy pu- blica la revista Science es la primera vez que se ha usado la espectroscopía para descubrir un cuerpo sólido en ór- bita alrededor de una enana blanca. En concreto, se han utilizado las va- por IAC Fragmentos de un planeta sobreviven a la destrucción de su estrella

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