Universo julio-agosto 2019

Sin embargo, los geólogos rechaza- ron esta idea precisamente por esta razón: buscaban evidencia de vulca- nismo. Señalaron que justo más allá de la ladera occidental de las tierras altas estaba la Formación Descartes y que un aterrizaje en uno de los valles que parecía encajado en la Formación Cayley habría permiti- do que una sola misión muestreara ambos tipos de terreno. La información proporcionada por las observaciones directas del Apolo 16 trastornó la lógica cientí- fica que rodea la elección del sitio de aterrizaje. La Formación Cayley ciertamente no era una llanura vol- cánica. La naturaleza de la Forma- ción Descartes era incierta porque no estaba claro si había sido mues- treada. Si la Montaña Stone era de origen volcánico, habría sido en- mascarado por la eyecta de South Ray. Si bien no se tomó una mues- tra del área de la Montaña Smoky , en North Ray no se observó nada que pareciera volcánico. El Apolo 16 ha sugerido que probablemente haya pocas montañas (si las hay) de origen volcánico en la Luna. Casi tres años y medio después de los primeros pasos lunares dados por Armstrong y Aldrin, comenzó la misión del Apolo 17. El lugar de ate- rrizaje fue elegido ya considerando que sería la misión final. Como la se- lección tuvo lugar antes del vuelo del Apolo 16, se vio influenciada por el grado en que los eventos cruciales en la historia lunar ya se habían en- tendido o era probable que se abor- daran en el Apolo 16. El objetivo de Apolo 17 por lo tanto era muy debatido. Tycho en las tie- rras altas del sur y Tsiolkovsky en la cara oculta de la Luna eran de espe- cial interés, pero no era práctico desde un punto de vista operativo. La cuenca Humorum, al sur del Oce- anus Procellarum, está parcialmente inundada y el cráter Gassendi, de 93 km de diámetro, se extiende entre el borde y la costa norte del mar in- terno. Un aterrizaje en este cráter nos hubiera permitido recoger muestras de su cima central, fechar el cráter y probablemente arrojar luz sobre la cuenca circundante. Sin embargo, la elección del último sitio de aterrizaje estuvo motivada por la necesidad de refinar el marco de tiempo en el que el motor de calor lunar había estado activo. Desde que se conoció de forma pre- cisa la formación de Mare Imbrium, así como la llegada de las lavas que inundaron la mayoría de las cuencas en los siguientes 500 millones de años, el objetivo fue el vulcanismo tardío. Marius Hills y la rima Davy no merecían una misión 'J', por lo que la elección se redujo a los cráteres Gassendi y Alphonsus, el último con 100 km de diámetro, que parecían tener volcanes en el interior y una 'cubierta oscura' en el borde este de Serenitatis. Aunque la cuenca de Serenitatis no fue inundada por la lava hasta algún tiempo después, se piensa que el proceso comenzó antes del comienzo del ascenso en Imbrium. Obviamente, Serenitatis no se inundó de una sóla vez. Había materiales oscuros alrededor del borde sureste, y la opinión general era que este material era significati- vamente más joven que el de los tonos más claros del medio. Una vi- sita a esta área nos hubiera permi- tido chequear tanto el suelo viejo como el más joven. Gracias al personal experimenta- do y al excelente rendimiento del equipo, todos los aspectos de la mi- sión de aterrizaje final se realizaron con competencia, precisión y rela- tiva facilidad. La base resultó ser un flujo de lava. Cuando las cargas sísmicas desple- gadas en el valle se dispararon de forma remota, revelaron que el es- pesor de este material excedía los 2 km. Antes de que el experimento sobre las propiedades eléctricas de 20 ASTRONÁUTICA UNIVERSO

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