Universo julio-agosto 2019

17 ASTRONÁUTICA Una vez que esta misión terminó, y con los resultados de cuatro aterri- zajes lunares de Apolo en la mano, los geólogos confiaban en haber comprendido los 500 millones de años desde la formación del Mare Imbrium, y no se podía esperar en- viar una nueva misión a un sitio de montaña. Anteriormente, el equipo de dinámica de vuelo se había mos- trado reacio a buscar un sitio alto, ya que la línea de aproximación ha- bría sido difícil y el espacio disponi- ble no habría sido suficiente para una gran elipse de aterrizaje. Pero después de que el Apolo 15 voló sobre una cordillera para aterrizar en una llanura adyacente, las "tie- rras altas" no parecían tan intimi- dantes. Las consideraciones sobre la hélice limitaron la elección del sitio a las tierras altas centrales. En 1965, D.E. Wilhelms hizo una dis- tinción entre el área corrugada de Fra Mauro y las suaves llanuras de las tierras altas adyacentes y pro- dujo un mapa en el que ésta última fue etiquetada como Formación Cayley. Mientras que los mares eran erupciones efusivas de un basalto oscuro rico en silicatos máficos (ricos en magnesio y hierro), que produ- cían lava de baja viscosidad capaz de formar llanuras lisas, se pensaba que el "basalto de las tierras altas"

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