Universo julio-agosto 2018
13 JULIO-AGOSTO 2018 zados en la construcción de estaciones orbi- tales, bases lunares, naves espaciales, depó- sitos de combustible y más, para ser imple- mentados directamente en el espacio. Esto implica el desarrollo de una industria que to- davía es pura “ficción tecnológica”: nada de todo lo que parece alcanzable en la próxima década y probablemente ni siquiera en la si- guiente. Muy optimista, Asteroid Mining Corporation propone la solución de impre- sión 3D de materiales metálicos, para cons- truir estructuras de alojamiento en el es- pacio, pero también logrando superar el pro- blema de la ausencia de gravedad; se nece- sita más que una estructura de metal para crear un ambiente habitable. Si la fase minera se implementara con de- masiada antelación con respecto a la fase de transformación, el único destino razonable que las materias primas podrían tener es el almacenamiento en la órbita terrestre o en el punto lagrangiano del sistema Tierra- Luna. Sin embargo, esta solución no com- pensará los costos incurridos para extraer esas materias primas. Pero no solo hay grandes obstáculos tecnoló- gicos y económicos que superar para comen- zar la industria de la minería espacial. También hay cuestiones legales y de derecho internacional que deben abordarse. ¿A quién pertenecen los asteroides? ¿Quién tiene el derecho de explotar qué? El vacío legislativo que caracteriza la exploración y explotación del espacio corre el riesgo de convertir la ca- rrera hacia los asteroides en una especie de “far west” sin reglas. El único acuerdo inter- nacional sobre el tema es el Tratado del Es- pacio Exterior, un documento genérico sobre los principios que rigen las actividades de las naciones en la exploración y uso del espacio cósmico, incluida la Luna y otros cuerpos ce- lestes, firmado hace más de medio siglo des- de los Estados Unidos , la URSS y Reino Unido, a los otros cien países que se han unido pos- teriormente. Obviamente, ese tratado es to- talmente inadecuado para gestionar escena- rios que ni remotamente se podían imaginar en la década de 1960. En conclusión, es muy probable que la in- dustria minera siga siendo exclusivamente terrestre durante mucho tiempo, y ésta no es una buena noticia. una flota de máquinas robóticas sobre ellos, para encontrar y recolectar materias primas de diversos tipos, también será necesario transportar o construir en el espacio las ins- talaciones industriales que transformarán esos materiales. Transportar estos últimos crudos o ya refinados a la Tierra es impensa- ble, sería anti-económico incluso en el caso del oro y el platino. En consecuencia, los pro- ductos de la minería espacial deben ser utili- UNIVERSO ! para viajes inter- planetarios. Una escena como la que se muestra arriba podría con- vertirse en reali- dad en unas pocas décadas. Mientras tanto, la industria minera se enfo- cará en los NEAs.
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