Universo julio-agosto 2018

JULIO-AGOSTO 2018 consistencia del regolito y los restos que cu- bren esas superficies, una característica que parece imposible de describir hoy en día a tra- vés de la observación remota. En este sentido, el caso de los asteroides Eros e Itokawa es em- blemático: muy similares en términos de es- pectro y reflectividad cuando se ven desde la Tierra, revelaron materiales de superficie muy diferentes cuando fueron visitados por las sondas NEAR Shoemaker y Hayabusa. Eros está cubierto con un regolito fino, mien- tras que en la superficie de Itokawa prevale- cen escombros de algunos centímetros de tamaño. En ambos casos, sin embargo, no sa- bemos cuán profundo se extienden estos materiales. Sin un conocimiento adecuado de las propiedades y la distribución del ma- terial de superficie, es imposible desarrollar una estrategia para el aterrizaje y la extrac- ción de recursos. Debido a la débil gravedad de los NEA, cualquier actividad practicada sobre ellos puede tener efectos impredeci- bles incluso en ausencia de información sobre la estructura más interna de esos aste- roides: la presencia de espacios vacíos o ma- terial no suficientemente resistente puede poner en riesgo la actividad minera. Habiendo establecido que sabemos poco o nada sobre las propiedades químicas, físicas y estructurales de los asteroides que se explo- tar rápidamente. También está en planifica- ción, por Asteroid Mining Corporation (Tar- leton, Preston, Reino Unido), un pequeño te- lescopio espacial diseñado específicamente para la investigación y el estudio espectros- cópico de los NEA, que debería lanzarse en órbita baja de la Tierra para el 2020. Cualquiera que sea el método de investiga- ción adoptado, aplicarlo solo puede propor- cionar remotamente información sobre la parte más externa de las superficies de los as- teroides, la que refleja la luz del sol. No signi- fica que los elementos en la superficie sean representativos de la mineralogía del sub- suelo. Este problema afecta, como primera aproximación, a todos los asteroides, pero es particularmente concreto para aquellos que orbitan más cerca del Sol, como los NEA, que están más sujetos que otros a la acción del clima espacial y el bombardeo micrometeorí- tico. En consecuencia, no podremos evitar abordar una segunda fase de estudio de los objetos seleccionados desde lejos, enviando sondas directamente sobre sus superficies. Este paso adicional nos permitirá recolectar muestras para posteriores análisis químicos en los laboratorios, y también imágenes de- talladas de las superficies, útiles para identi- ficar un posible lugar de aterrizaje. Esta apro- ximación será esencial incluso para conocer la UNIVERSO A unque es muy imagi- nativo, esta ilus- tración destaca la necesidad de des- arrollar en para- lelo junto a la in- dustria de la mi- nería espacial una industria de trans- formación y uso de los recursos extraídos de los asteroides. En es- te caso, las mate- rias primas obte- nidas de un NEA dan forma a una gran base espacial. Deep Space Industries - Bryan Versteeg

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