Universo mayo-junio 2023
MAYO-JUNIO 2023 UNIVERSO E n esta vista aérea de Le Clot, la forma redonda y la depresión del terreno típi- cas de los cráteres de impacto son muy evidentes. Las dos personas visibles (abajo) en el camino de tierra que conduce al cráter dan una idea de las propor- ciones de la escena. Estos territorios forman parte del Parque Natural Regional del Alto Languedoc. [Domaine du Météore − www.domainedumeteore.com ] cadas por los topógrafos franceses. La profundidad desde el borde eran de unos 60 metros y las copas de al- gunos árboles altos que se alzaban en el fondo del cráter estaban consi- derablemente por debajo de la parte superior del borde. En algunos luga- res, la inclinación de la ladera inte- rior era de casi 60°. También aquí el estado de los materiales mostraba huellas de una formidable explosión, y también aquí yacían en el suelo muchos trozos de caliza blanca. El borde estaba elevado unos metros por encima del nivel de la meseta en la que está situado este cráter. El fondo del cráter es llano, y aquí el Sr. Carattié ha dispuesto un pequeño vi- ñedo y un jardín.» La descripción que Luplau Janssen hace de Le Clot es sin duda detalla- da, pero puramente cualitativa, sin incluir análisis geofísicos o mineraló- gicos. Al fin y al cabo, como él mismo señala, es astrónomo, no geólogo. No obstante, algunas de sus observa- ciones concuerdan con los descubri- mientos realizados anteriormente por los dos geólogos franceses: in- forma, por ejemplo, de un borde ele- vado algunos metros por encima del nivel del terreno circundante y de huellas de un acontecimiento explo- sivo que habría hecho emerger rocas de la profundidad, dos observaciones que concuerdan con la hipótesis del impacto meteorítico. Luplau Janssen prosigue: «Como ya hemos dicho, el cráter es circular y presenta un borde elevado, pero un examen más deta- llado de este último revela algo muy notable. El borde presenta algunas depresiones, dos de ellas bastante marcadas. Si examinamos los alrede- dores, descubriremos que el cráter se superpone a uno o posiblemente dos barrancos que arrancan en la meseta en la que está situado ‘Le Clot’. Esto nos lleva directamente al conocido caso de la cresta de Hyginus en la Luna, donde también encontramos un cráter que recubre un barranco. Al igual que en el caso del cráter de Cabrerolles, el barranco es más anti- guo que el cráter, que lo interrumpe por completo. Evidentemente, como dicen también los geólogos france-
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