Universo mayo-junio 2022

35 MAYO-JUNIO 2022 ASTRO PUBLISHING U na vista del Hexágono Oriental al atardecer, parte de la configu- ración compacta de la Fase 2 del Murchison Widefield Array. [Kim Steele, Curtin University] han demostrado que ese mons- truoso objeto de 4,2 millones de masas solares ha pasado por perio- dos de intensa actividad, durante los cuales devoró enormes cantidades de materia y emitió flujos muy in- tensos de radiación X y UV. Estos episodios han ocurrido con bastante frecuencia (a escala astro- nómica) en la historia de la Vía Lác- tea y han durado hasta decenas de millones de años. Un trabajo publi- cado en Nature en 2017, firmado por Amedeo Balbi y Francesco Tom- besi (Universidad de Roma ‘Tor Ver- gata’), demostró que la radiación liberada por Sagitario A* en esos episodios fue más que suficiente para aniqui- lar toda forma de vida (tal y como la conoce- mos) en un radio de 7 kpc, despojando a los planetas similares a la Tierra de gran parte de sus atmósferas. Sólo a distancias superiores a 7 kpc la vida puede dis- frutar de hábitats re- lativamente seguros y estables, capaces de fa- vorecer su desarrollo en formas cada vez más avanzadas, hasta la posi- ble aparición de una ci- vilización tecnológica. Este es nuestro caso. De C henoa Tremblay es la investigadora que en los últimos años ha dirigido varias series de obser- vaciones en el ámbito radioeléctrico, en busca de tecnofirmas de origen extraterrestre. La última se- sión tuvo como objetivo el centro galáctico. [Paw- sey Supercomputing Centre] por no hablar de la civilización. Pue- den perturbar los discos protoplane- tarios e interferir en el proceso de formación de planetas» . Si éstas fueran las únicas contraindi- caciones para la búsqueda de tecno- firmas en el centro galáctico, todos los programas SETI apuntarían en esa dirección. La realidad es mucho peor. Tanto el equipo de Gowanlock como el de Tremblay parecen subes- timar una presencia decisiva en la evolución de nuestra galaxia: Sagita- rio A*, ese agujero negro superma- sivo situado sorprendentemente en el centro del campo estelar enmar- cado por el MWA. Varios estudios hecho, la Tierra se encuentra a 8,2 kpc (26700 años luz) de Sagitario A*, por tanto, a sólo 4000 años luz del radio crítico, lo que significa que buscar tecnofirmas en dirección a Sagitario A* sólo tiene sentido si se espera encontrarlas en los primeros 4000 años luz desde la Tierra. Esta distancia es el 15% de la inves- tigada por el equipo de Tremblay, y si tenemos en cuenta que la densi- dad estelar aumenta significativa- mente cerca del centro galáctico, nos encontramos con que de los 3 millones de estrellas teóricamente observadas, sólo una pequeña parte está a una distancia segura de Sagi- tario A*. De ellas, sabemos que sólo un 20% puede ofrecer las condicio- nes necesarias para la evolución du- radera de la vida. En definitiva, es muy poco probable que esas 7 horas de “escucha” pue- dan conducir al descubrimiento de las tecnofirmas. ¡Es mucho más pro- bable ganar el premio gordo de la lotería Mega Millions! Fatalmente, incluso esta enésima investigación del SETI sólo podía terminar con la triste declaración habitual: «No se detectan posibles tecnofirmas» . UNIVERSO !

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