Universo mayo-junio 2022
MAYO-JUNIO 2022 L a imagen muestra la ubicación del asteroide troyano Tierra 2020 XL 5 en el cielo desde Cerro Pachón, Chile, mientras el asteroide orbita el punto 4 (L4) de Lagrange del sistema Tierra-Sol. Las flechas indican la dirección de su movi- miento. El Telescopio SOAR aparece en la parte inferior izquierda. La magnitud aparente del asteroide es de alrededor de magnitud 22, una observable sólo con los telescopios más grandes. [NOIRLab/NSF/AURA/J. da Silva] ! trico del objeto, revelando que 2020 XL 5 probablemente sea un asteroide del tipo C, con un tamaño mayor a un kilómetro» , comentó Santana- Ros. Un asteroide de tipo C es os- curo, contiene mucho carbono y es el tipo de asteroide más corriente dentro del Sistema Solar. Los resultados también mostraron que 2020 XL 5 no será un asteroide troyano para siempre. Permanecerá estable en su posición durante otros 4000 años por lo menos, pero even- tualmente se verá perturbado gravi- tacionalmente y escapará para vagar por el espacio. Es posible que 2020 XL 5 y 2010 TK 7 no estén solos: podría haber muchos más troyanos terrestres que no han sido detectados hasta ahora, debido a que aparecen muy cerca del Sol. Por ello, las búsquedas y observacio- nes de troyanos terrestres deben re- alizarse cerca del amanecer o del atardecer, con el telescopio posicio- nado cerca del horizonte, atrave- sando la parte más densa de la at- mósfera, lo cual redunda en una seeing o visibilidad astronómica de- ficiente. SOAR pudo posicionarse a 16 grados sobre el horizonte, mien- tras que la mayoría de los telesco- pios de 4 metros (y más grandes) no pueden posicionarse tan abajo. «Estas observaciones fueron un gran desafío, ya que requirieron que el telescopio observará correctamente en su límite de elevación más bajo, puesto que el objeto estaba muy cer- ca del horizonte occidental al ama- necer» , añadió Briceño. Sin embargo, la recompensa por des- cubrir troyanos terrestres bien vale el esfuerzo. Debido a que están com- puestos de material primitivo que data desde el nacimiento del Sis- tema Solar y podrían contener algu- nos de los componentes básicos que formaron nuestro planeta, son obje- tivos atractivos para futuras misio- nes espaciales. «Si pudiéramos descubrir más troya- nos terrestres, y algunos tuvieran ór- bitas con inclinaciones más bajas, podrían resultar más baratos llegar a ellos que a nuestra Luna» , conclu- yó Briceño. «Por lo tanto, podrían convertirse en bases ideales para una exploración avanzada del Sis- tema Solar, o incluso podrían consti- tuir una fuente de recursos.» UNIVERSO
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