Universo mayo-junio 2019
30 MAYO-JUNIO 2019 ASTRONÁUTICA La trayectoria del Apolo 8 (lanzado el 21 de diciembre de 1968, casi un año después de haber completado los programas Surveyor y Lunar Or- biter) se programó para visualizar el sitio más al este, ALS-1, bajo una ilu- minación ideal. El Apolo 10, por otro lado, realizó un vuelo sobre ALS-2 y comunicó que en general era apropiado, aun- que la parte más alejada de la elipse de aterrizaje era aproximada. Hay una serie de factores que deter- minan las ventanas de lanzamiento para una misión de aterrizaje lunar. Estas consideraciones incluyen las condiciones de iluminación en el momento del lanzamiento, el aci- mut de la plataforma de lanza- miento, la geometría de la órbita lunar, el ángulo de elevación del Sol en el sitio de aterrizaje, el número y ubicación de los sitios de aterrizaje lunares y las condiciones de ilumina- ción en el regreso a la Tierra. El tiempo de un aterrizaje lunar se determinó por la posición del sitio y el rango aceptable de los ángulos de elevación del Sol, que se exten- dió de 5 a 14 grados en dirección este-oeste. En estas condiciones, las sombras visibles de los cráteres ha- brían ayudado a la tripulación a re- conocer las características topográ- ficas. El número de oportunidades de lanzamiento desde la Tierra para un mes lunar dado fue igual al nú- mero de sitios candidatos al aterri- zaje. El tiempo de lanzamiento es- tuvo determinado principalmente por la variación permitida en el aci- mut de la plataforma de lanza- miento y por la posición de la Luna a la llegada de la nave espacial. La nave tuvo que ser lanzada en un plano orbital que contenía la posi- ción de la Luna y su antípoda a la llegada de la nave. Una variación de 34 grados en el acimut de la plata- forma de lanzamiento permitió un período de lanzamiento de cuatro horas y media. Este período se de- nominó “ventana de lanzamiento diario”, el período de tiempo en el que la dirección de lanzamiento es- taba dentro del rango requerido para interceptar la Luna. Todos los días estaban abiertas dos ventanas de lanzamiento: una estaba dispo- nible para la inyección translunar desde la órbita de la Tierra cerca del Océano Pacífico; la otra estaba cerca del Océano Atlántico. La preferida era la del Océano Pacífico porque generalmente permitía un lanza- miento durante el día. El Apolo 11 demostró la capacidad del módulo lunar para aterrizar en la Luna, pero fue bochornoso el ha- berse alejado del sitio establecido. Los técnicos de vuelo desarrollaron un método simple para corregir las perturbaciones de los “mascons” y estaban seguros de que funcionaría y reduciría el tamaño de la elipse de destino. Además, decidieron re- ducir el requisito de dos sitios de respaldo a uno. Habían cinco sitios principales en la lista corta para el primer aterrizaje. Los sitios ALS-1 y ALS-2, ubicados al este de Mare Tranquillitatis, fueron respaldados por ALS-3 en Sinus Medii, y ALS-4 y ALS-5 en Oceanus Procellarum como reservas en caso de un retraso prolongado del lanza- miento. Habría sido natural enviar el Apolo 12 a uno de estos sitios, pero las restricciones conservadoras impuestas durante el primer aterri- zaje llevaron a la selección de sitios abiertos, aunque los geólogos esta- ban ansiosos por tomar muestras de la eyección de un cráter suficiente- mente grande. De hecho, incluso antes del vuelo del Apolo 11, los se- leccionadores del lugar de aterrizaje establecieron una lista de cráteres para esta eventualidad. En princi- pio, tenía que ser una cuestión sim- ple revisar los sitios rechazados para el primer aterrizaje debido a la des- agradable proximidad de un cráter. Aunque se identificaron varios sitios UNIVERSO A POLLO 12 − El desplie- gue del ALSEP. [NASA, Project Apollo Archive]
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