Universo mayo-junio 2018
21 MAYO-JUNIO 2018 CRÓNICAS ESPACIALES ! I magen del brillo superficial del anillo de detritos HR 4796A. [G. Schneider et al.] sión de la luz estelar de la estrella, que es 23 veces más luminosa que el Sol, expulsó el polvo hacia el espacio. Pero la dinámica no se detiene ahí. La estructura expandida de polvo exte- rior es como una cámara en forma de rosca que fue golpeada por un ca- mión. Está mucho más extendido en una dirección que en la otra y parece aplastado por un lado incluso des- pués de tener en cuenta su proyec- ción inclinada en el cielo. Esto puede deberse al movimiento de la estrella anfitriona que atraviesa el medio in- terestelar, como la onda de proa de un barco que cruza un lago. O puede estar influenciado por un tirón de marea de la enana roja compañera binaria de la estrella (HR 4796B), ubi- cada al menos a 87 mil millones de kilómetros de la estrella primaria. «La distribución del polvo es una señal reveladora de cuán dinámica- mente interactivo es el sistema in- terno que contiene el anillo» , dijo Glenn Schneider de la Universidad de Arizona, Tucson, quien utilizó el espectrógrafo de imágenes del teles- copio espacial (STIS) para sondear y mapear las pequeñas partículas de polvo en los exteriores del sistema HR 4796A, un reconocimiento que solo la sensibilidad del Hubble puede lograr. «No podemos tratar los siste- mas de desechos exoplanetarios co- mo simplemente aislados. Los efectos ambientales, tales como las interac- ciones con el medio interestelar y las UNIVERSO fuerzas debidas a compañeros este- lares, pueden te- ner implicaciones a largo plazo para la evolución de tales sistemas. Las gran- des asimetrías del campo exterior de polvo nos dicen que hay muchas fuerzas en juego (más allá de la pre- sión de la radia- ción de la estrella) que están movien- do el material cir- cundante. Hemos visto efectos como éste en algunos otros sistemas, pe- ro aquí hay un caso en el que vemos muchas co- sas a la vez» , ex- plicó Schneider. Aunque se hipote- tizó desde hace mucho tiempo, la primera evidencia de un disco de es- combros alrededor de cualquier es- trella se descubrió en 1983 con el Infrared Astronomical Satellite de la NASA. Fotografías posteriores reve- laron un disco de escombros en el borde de la estrella del sur Beta Pic- toris. A finales de la década de 1990, los instrumentos de segunda genera- ción del Hubble, que tenían la capa- cidad de bloquear el brillo de una estrella central, permitieron fotogra- fiar muchos más discos. Ahora, se piensa que tales anillos de escombros son comunes alrededor de las estre- llas. Cerca de 40 de estos sistemas han sido fotografiados hasta la fe- cha, en gran parte por Hubble.
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