Universo marzo-abril 2024

13 MARZO-ABRIL 2024 ASTRO PUBLISHING UNIVERSO veles), en el nivel más bajo encontra- mos las civilizaciones de Tipo I, capa- ces de acceder a toda la energía dis- ponible en su planeta y almacenarla para el consumo. Hipotéticamente, también deberían ser capaces de con- trolar eventos naturales como rayos, terremotos, actividades volcánicas, etc. En el medio se encuentran las ci- vilizaciones de Tipo II, capaces de con- sumir directamente la energía de una estrella, probablemente construyen- do una esfera de Dyson. En la cima de la escala, se encuentran las civilizacio- nes de Tipo III, capaces de capturar toda la energía emitida por su galaxia y cada objeto dentro de ella, inclu- yendo estrellas degeneradas y, por lo un telescopio hiperpoderoso en las superficies de planetas a miles de años luz de distancia. En consecuen- cia, es por exclusión que Osmanov se refiere a una civilización de Tipo II. ¿Es posible, según nuestro conocimiento actual, que tal civilización exista den- tro de la distancia de 3000 años luz in- dicada por el propio Osmanov? En la esfera de espacio que nos rodea y que tiene ese valor como radio, hay 350- 400 millones de estrellas, una canti- dad no despreciable, pero sólo un poco más que una milésima parte del total de la Vía Láctea. Independiente- mente de las opiniones de cualquiera, no podemos excluir a priori que una de esas estrellas albergue una civiliza- ción de Tipo II. Osmanov calculó que si hubiera 650 tales civilizaciones en la Vía Láctea y estuvieran distribuidas uniforme- mente en el plano galáctico, una de ellas podría estar entre 1000 y 3000 años luz de distancia de la Tierra, y por lo tanto podría observar nuestras construcciones entre 1000 y 3000 años, como las pirámides egipcias y mayas más grandes. Pero, ¿qué ins- trumentos debería poseer esa hipoté- G iordano Bruno fue uno de los partida- rios más firmes de la infinitud del universo y la existencia de mun- dos múltiples. Por sus teorías, consideradas herejes por el tribunal de la Inquisición del Es- tado Papal, fue conde- nado y quemado en la hoguera en Roma el 17 de febrero de 1600. E dward Teller (a la izquierda) junto con Enrico Fermi, en el momento en que, conversando con algunos de sus colegas durante un descanso para el almuerzo, dieron origen a la paradoja sobre la contradicción entre la afirmación de que es muy proba- ble que no estemos solos en el uni- verso y los datos observacionales que no favorecen esta hipótesis. tanto, ¡también agujeros negros! Este último nivel hiper- bólico puede ser excluido en el caso de la Vía Lác- tea, por la simple razón de que no hay megaes- tructuras alienígenas co- locadas para recoger la energía emitida por el Sol, ni nada si- milar alrededor de otras estrellas, según nuestro conocimiento. Por otra parte, una civilización de Tipo I, que esté aproximadamente tan desarro- llada como la nuestra, aún se encuen- tra lejos de poder espiar a través de

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