Universo marzo-abril 2019

MARZO-ABRIL 2019 éxito en su intento. Sitnikov no es un inge- niero con conocimientos aeroespaciales es- pecíficos, de hecho, para definir los detalles técnicos de su proyecto y desarrollar un pro- totipo de pantalla llamó a una universidad privada en Moscú, Skoltech. Además, no pa- rece que existan los fondos necesarios para ir más allá de esta primera fase (se necesi- tarán más de 200 millones de dólares). Como resultado, el lanzamiento de la flota de cubesats destinados a la publicidad está sujeto a la firma de contratos con inversores y clientes, que hoy en día no existen. Los posibles inversores y clientes se pueden des- alentar por posibles boicots a sus productos, organizados por ambientalistas, astróno- mos y otras categorías perjudicados más o menos directamente por las pantallas. Otro factor que desalienta la firma de contratos con StartRocket es el hecho de que una parte significativa de la población planeta- ria se concentre en las grandes ciudades y en sus alrededores, lugares donde la visión del cielo suele estar anulada por la conta- minación atmosférica y lumínica, una cir- cunstancia que con frecuencia evitaría la visualización de las pantallas. Incluso si fue- ran visibles, su presencia ocuparía el se- gundo lugar en comparación con las señales luminosas más comunes y económicas que cubren muchas ciudades. Por lo tanto, el proyecto StartRocket podría encallar antes de finalizar la fase de prueba de las soluciones técnicas actualmente en curso. Sin tener un conocimiento técnico y tecnológico suficiente, la empresa siempre dependerá de socios externos, y esto con- llevará altos costes, y recibos aleatorios. Además, se estima que la vida operativa de cada flota de cubesats será de aproximada- mente un año, después del cual, debido a la caída orbital y al agotamiento del com- bustible necesario para la reconfiguración de los “píxeles”, habrá que sustituirlos por nuevos cubosats. Teniendo en cuenta todas las dificultades que StartRocket deberá su- perar para realizar y administrar su pro- yecto, es muy probable que nunca tenga éxito. Dado que Sitnikov y sus colegas tam- bién son conscientes de esto, es lícito pre- guntarse si todo el proyecto no es simple- mente un “truco publicitario” para atraer la atención del público, y junto con él tam- bién los posibles inversores, hacia proyectos futuros más concretos. Esta es una estrate- gia bastante común en el sector aeroespa- cial privado. También ocurre que los proyectos se disuel- ven en la nada, igual que los préstamos otorgados por inversores imprudentes. En definitiva, aquellos que aman el cielo nocturno tal como está ahora, se sienten cómodos, nadie debería poder invadirlo con publicidad brillante en los próximos años. Pero, mientras tanto, y si no se aprue- ban leyes ad hoc para defender esta última frontera prístina, podemos estar seguros de que tarde o temprano ocurrirá lo peor. UNIVERSO E sta ilustración promocional de StartRocket, está acompañada, en el sitio web de la compañía, por una declaración que dejamos al lector que la juzgue: “El espacio tiene que ser hermoso. Con las mejores marcas, nuestro cielo nos sorpren- derá cada noche”. [StartRocket] !

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