Universo marzo-abril 2018
28 MARZO-ABRIL 2018 SISTEMA SOLAR E ste diagrama muestra el decaimiento de 26 Al: un protón se descom- pone en un neutrón, liberando un positrón y un neutrino como subproductos; 26 Al se transforma así en 26 Mg*, magnesio con mayor energía que en su estado fundamen- tal; al final, el magne- sio se transforma en su forma estable, 26 Mg, emitiendo un fotón gamma con energía de 1.8 MeV, una frecuencia que en la galaxia se relaciona con la presencia de las estrellas más masivas. dio de unos diez parsecs, realizado en unos 20000 años, alcanzan las regiones más den- sas de la burbuja, donde su velocidad dismi- nuye a cero. Dado que la longitud del viaje es mucho más corta que la vida media del 26 Al, podemos esperar que las velocidades promedio de ese isótopo en el espacio domi- nado por la estrella WR sean mucho más bajas que las del viento estelar, lo que de- mostraría la acumulación del metal en el ca- parazón, y de hecho este es el caso. Cuando, debido a la inestabilidad gravitacional, una parte del caparazón se derrumba en un cen- tro de masas capaz de generar un nuevo sistema solar, el sistema con- tendrá más 26 Al que el promedio ga- láctico, pero ciertamente no se mos- trará un exceso de 60 Fe, un elemento que permanece en el núcleo de la WR y que no será lanzado necesaria- mente al final de la vida de la estre- lla, porque puede transformarse ins- tantáneamente en un agujero negro sin pasar por la fase de supernova. En conclusión, el Sol y todo nuestro sistema planetario (incluyéndonos a nosotros) podría ser el descendiente de una estrella WR. Dwarkadas y sus colegas estiman que del 1% al 16% de todas las estrellas de tipo solar podrían ser producto de esas estre- llas gigantes. V ikram V. Dwarkadas, profesor asociado de investigación en el Departamento de Astronomía y Astrofísica de la Uni- versidad de Chicago, es el primer autor del nuevo estudio que propone una estrella WR como un desencadenante para el na- cimiento de nuestro sistema solar. [The University of Chicago] buibles a la presencia de polvo ubicado rela- tivamente a corta distancia de la fotosfera. Ese polvo se compone de granos con tama- ños entre alrededor de 0,3 y 2 micras, y el equipo Dwarkadas ha demostrado que los granos más grandes pueden superar las seve- ras condiciones ambientales que rodean las WR, y llegar por tanto ilesos a la superficie de la enorme burbuja. En el modelo pro- puesto por el equipo, los átomos de 26 Al lan- zados al espacio se depositan en los granos de polvo que encuentran en su camino, y junto con éstos, después de un viaje prome- UNIVERSO !
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