Universo marzo-abril 2018

MARZO-ABRIL 2018 E sta infografía lista las principa- les propiedades de los siete planetas de TRAPPIST-1, junto con los cuatro plane- tas más internos del Sistema Solar a la misma escala. [NASA/ JPL-Caltech/R. Hurt, T. Pyle (IPAC)] A la izquierda, este video lleva al espec- tador en un viaje rá- pido desde la Tierra hasta TRAPPIST-1 y sus siete planetas. Las estrellas en la animación se posi- cionan con precisión como en la realidad. Esta impresión de artista en este video se basa sobre los parámetros físicos conocidos de los planetas y de las estrellas que se ven, y utiliza una vasta base de datos de objetos en el Universo. [ESO/L. Calçada/ spaceengine.org ] más externas), significa que el sistema es esta- ble y sabemos cómo de necesaria es la estabi- lidad para que aparezca la vida y evolucione. Sin embargo, la avanzada edad de TRAPPIST- 1 plantea algunas dudas sobre la existencia real de atmósferas alrededor de sus planetas. Ciertamente, incluso obviando el escenario fatal de los campos magnéticos, la proximidad extrema de todo el sistema a la estrella y la ex- posición durante varios miles de millones de años a su radiación podrían haber llevado a la ebullición de la atmósfera. Los investigadores calcularon que cada uno de los cinco planetas más internos podría haber perdido por eva- poración una canti- dad promedio de agua (si la hay) equi- valente a un océano terrestre. Solo los dos planetas exteriores habrían escapado de ese des- tino, pero por otras razones, no son me- nos hostiles. Para ser precisos, no hay evi- dencia que confirme la evaporación de las atmósferas. Al con- trario, lo opuesto pa- rece ser cierto, y esto porque a pesar de tener un tamaño de planetas comparable al de la Tierra, tienen densidades promedio más bajas, lo que significa que una parte significa- tiva de su masa podría estar en estado gase- oso. En otras palabras, esos planetas están más que probablemente rodeados por una atmósfera bastante espesa. Suponiendo que este escenario sea realista, tendríamos al me- nos un par de efectos muy positivos: las at- mósferas densas podrían proteger una parte relevante de la radiación estelar dañina; ade- más, favorecerían la redistribución global del calor acumulado en los hemisferios perpetua- mente expuestos a la estrella. UNIVERSO

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