Universo enero-febrero 2023

7 ASTRO PUBLISHING de oxígeno en masa que incluye el agua que llevamos dentro, lo que hace que este alto porcentaje de car- bono sea una localización dramática de un elemento en comparación con las abundancias naturales en el ma- terial no biológico que compone la superficie del planeta que llamamos hogar. El término “orgánico” no significa “biológico”, pero “biológico”, tal como entendemos ahora cómo evo- luciona y funciona la vida, “en abso- luto” significa necesariamente “or- gánico”. La lógica química del im- portante contenido de carbono en nosotros mismos se aplica aquí en la Tierra igual que en la historia anti- gua de Marte. Los enlaces covalentes del carbono son lo suficientemente fuertes como para persistir a través de una amplia gama de condiciones ambientales, pero pueden permitir que las moléculas se muevan, se re- tuerzan y giren alrededor de esos mismos enlaces. Cuando se combi- nan con átomos de oxígeno, nitró- geno e hidrógeno, las moléculas orgánicas pueden ajustarse como una cerradura y una llave, tanto en la naturaleza como en el laborato- rio, para realizar ciertos tipos de interacciones entre pares de molécu- las que también conducen a geome- trías persistentes en el medio am- biente. Los pares de bases C-G y A-T del ADN son, con mucho, los ejem- plos más famosos de este exquisito emparejamiento de interacciones entre moléculas, o interacciones in- termoleculares, que producen una estructura que puede persistir en el E ste vídeo tomado por Perseve- rance muestra parte del terreno que el rover tuvo que sortear durante su viaje al delta del cráter Jezero en abril de 2022. [NASA/JPL-Caltech] agua, congelada durante milenios encerrada en ámbar, o incluso du- rante un millón de años en el diente de un mamut, una edad récord co- municada por los científicos del Cen- tro de Paleogenética de Estocolmo en 2021. En lo que respecta al desarrollo de la vida en la Tierra, la fuerza de los en- laces de carbono en las pequeñas moléculas orgánicas no es gratuita. En biología, este coste viene en for- ma de energía necesaria para crear y romper estos enlaces y formar otras moléculas más variadas o más complejas. La solución de la natura- leza ha sido doble. Para resolver parte de la biosíntesis de las molécu- las orgánicas complejas, la Natura- leza se apoya en la actividad cata- lítica de algunas proteínas, que con- tienen dentro de su compleja estruc- tura plegada sitios que pueden unir una o más moléculas de forma que se reduce la cantidad de energía ne- cesaria para realizar alguna reacción química. Del mismo modo que un carpintero se apoya en una plantilla para mantener la madera en su sitio o un cirujano se apoya en ayudantes para sujetar los instrumentos du- rante una intervención, las proteínas pueden unir y restringir las molécu- las de tal manera que una reacción química selectiva sea posible con una probabilidad mucho mayor y una energía mucho menor de la ne- cesaria si esas mismas moléculas es- tuvieran simplemente flotando sin restricciones en un matraz de labo- ratorio o en algún charco de agua primordial. Para resolver el complejo problema de la combinación de moléculas pe-

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