Universo enero-febrero 2022

ENERO-FEBRERO 2022 UNIVERSO S ofia Sheikh es una radioastrónoma e investigadora de tecnofirmas que trabaja como becaria posdoctoral en el proyecto Breakthrough Listen. U n diagrama de flujo muy complicado que muestra el método desarrollado para verificar una señal de interés. Para una explicación más detallada del proceso, véase https://seti.berkeley.edu/blc1/flowchart.html. [Flowchart graphics by Z. Sheikh] periodo de unas 5 horas. Como se ha mencionado anteriormente, este es el comportamiento esperado si la señal proviene de la superficie de otro planeta. En realidad, este requi- sito no es estricto porque una señal artificial también podría proceder de una fuente aparentemente inmó- vil en el espacio a corto plazo, por ejemplo de un planeta con una ór- bita perpendicular a nuestra línea de visión o de un punto lagrangiano de esa órbita; en estos casos no habría efecto Doppler. Sin embargo, la lon- gitud de la señal permitía excluir los satélites, los aviones y los aparatos de paso a una distancia relativamen- te corta de la antena. Por tanto, BLC1 no parecía ser ni el resultado de un fenómeno astrofísico reconocible ni una interferencia fa- miliar de origen terrestre. La única alternativa (razonable) a estas dos posibilidades era que la señal se hu- biera originado en una interferencia de radio ocasional, capaz de imitar muy fielmente lo que los investiga- dores esperaban descubrir. Para poner a prueba esta hipótesis, Sofia Sheikh, del equipo Breakth- rough Listen de la UC Berkeley, se dedicó a “escarbar” en un conjunto mayor de datos de observación, gra- bados con Parkes en diferentes mo- mentos. El nuevo análisis puso de manifiesto la existencia de unas se- senta señales que comparten muchas características con BLC1, pero que, a diferencia de ésta, también se ma- nifiestan cuando el radiotelescopio apunta “OFF target”. A continua- ción, Sofia Sheikh comenta los resul- tados de su análisis: «Podemos afir- mar con seguridad que estas otras señales son locales al telescopio y ge- neradas por el hombre. Las señales están espaciadas en intervalos regu- lares de frecuencia en los datos, y estos intervalos parecen correspon- der a múltiplos de las frecuencias uti- lizadas por los osciladores que se usan habitualmente en varios dis- positivos electrónicos. En conjunto, estas pruebas sugieren que la señal es una interferencia de la tecnología humana, aunque no pudimos iden- tificar su fuente específica. La señal original encontrada por Shane Smith no se detecta de forma evidente cuando el telescopio se aleja de Pró- xima Centauri, pero teniendo en cuenta un pajar de millones de seña- les, la explicación más probable si- gue siendo que se trata de una transmisión de tecnología humana que resulta ser “rara” de la forma adecuada para engañar a nuestros filtros.» Por lo tanto, podemos concluir que BLC1 no era una señal producida por una tecnología extraterrestre. A de- cir verdad, casi nadie entre los inicia- dos lo ha considerado una tecnofir- ma extraterrestre. Las razones son más de una. En primer lugar, Pró- xima Centauri es una enana roja (tipo M5,5V) y, como tal, suele pro- ducir llamaradas de muy alta poten- cia, que abruman a sus planetas con intensas corrientes de radiación leta- les para la vida en la superficie, tal y como la conocemos. Otra razón es la extrema improbabi-

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