Universo enero-febrero 2021

47 ENERO-FEBRERO 2021 ASTRO PUBLISHING UNIVERSO rrir los pares fríos Júpi- ter/súper-Tierra en los sistemas planetarios. Esto no es reconfortan- te desde el punto de vista astrobiológico, ya que si bien los investi- gadores han tenido en cuenta las super-Tierras en lugar de las Tierras (solo porque son más numerosas, más fáciles de descubrir y, por tan- to, estadísticamente más relevantes), desde el punto de vista de ha- bitabilidad la diferen- cia no es grande. Las razones por las que las observaciones y las simulaciones no coinci- den pueden ser múlti- ples: desde una discri- minación atribuible a los métodos actuales de búsqueda de exoplanetas, hasta una formulación aproximada de las teorías sobre la migración de plane- tas gaseosos hacia las regiones más internas de sus sistemas. Dejando de lado algunos aspectos controvertidos de las simulaciones realizadas por Schlecker y sus cole- gas, ha surgido un hecho intere- sante: los sistemas planetarios en los que hay un Júpiter frío y al menos una super-Tierra parecen tener su origen en discos protoplanetarios particularmente masivos. En los dis- cos de masa media (y más aún en los de masa baja) no hay suficiente material en las regiones más inter- nas y templadas para formar super- Tierras, así como tampoco hay sufi- ciente material más allá de la línea de nieve para formar gigantes gase- osos. Aquí es más probable que se formen super-Tierras con porcenta- jes relativamente altos de hielo y una atmósfera espesa. Al no verse obstaculizados por la presencia de un gigante gaseoso en la órbita más M artin Schlecker (Max Planck Institute for Astro- nomy), autor principal del estudio, comentado en este artículo. [MPIA] interna, estas super-Tierras son li- bres de migrar hacia regiones más templadas. Es interesante notar que las super- Tierras y Tierras (virtuales) que se for- man en la zona habitable tienen un porcentaje de agua/hielo y una masa atmosférica significativamente me- nor que las de planetas similares mi- grados desde el exterior. Por tanto, es probable que cuando se encuen- tre (en realidad) la presencia simul- tánea de un Júpiter frío y una super- Tierra (o Tierra), esta última sea del tipo “árido”, es decir, similar a nues- tro planeta y por consiguiente po- tencialmente habitable. Cuando instrumentos como el James Webb Space Telescope y el Extre- mely Large Telescope estén opera- tivos en los próximos años, será posible evaluar con mayor preci- sión el papel de los Júpiter fríos en la habitabilidad de los sistemas pla- netarios y comprender cuánto pue- de haber protegido nuestro Júpiter la vida en la Tierra. ! mas durante períodos de miles de millones de años, obteniendo plane- tas de diferentes tamaños, masas y composiciones, en diferentes órbitas alrededor de la estrella central. Los resultados de las simulaciones no confirmaron la tendencia de los da- tos de observación, reduciendo la frecuencia con la que deberían ocu-

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