Universo enero-febrero 2019

49 ENERO-FEBRERO 2019 CRÓNICAS ESPACIALES dean el núcleo de la Vía Láctea, conocido como el bulbo central y el disco. El disco galáctico en sí está compuesto de dos partes. El disco delgado, que es unos pocos cientos de años luz de profundidad y con- tiene el patrón de brazos espirales hechos por estre- llas brillantes. Y también el disco grueso, que tiene unos pocos miles años luz de profundidad. Éste con- tiene alrededor del 10-20 por ciento de las estrellas de la galaxia sin embargo, sus orígenes han sido difí- ciles de determinar. Según el equipo de simula- ción, al mismo tiempo que abastecía a las estrellas del halo, la galaxia absorbida también podría haber per- turbado la Vía Láctea pre- existente ayudando a formar el disco grueso. «Sólo nos aseguramos de nuestra interpretación después de complementar los datos de Gaia con información adicional sobre la com- posición química de las estrellas, sumi- nistrada por el estudio APOGEE basa- do en datos terrestres» , dice Carine Babusiaux, de la Université Grenoble Alpes, Francia, y segunda autora del artículo. Las estrellas que se forman en diferentes galaxias. tienen compo- siciones químicas únicas que coinciden con las condiciones de la galaxia ini- cial. Si esta serie de estrellas fueran de hecho los restos de una galaxia que se fusionó con nuestras propias estrellas. debe mostrar una huella de esto en su composición. Y lo hicieron. Los astró- nomos llamaron a esta galaxia Gaia- Encelado como uno de los gigantes de la mitología griega antigua, que fue decendiente de Gaia, la Tierra, y Urano, el cielo. «De acuerdo a la le- yenda, Encelado fue enterrado bajo el monte Etna, en Sicilia, y es el res- ponsable de los terremotos locales. También se destacaron en el llamado Diagra- ma de Hertzsprung- Russell (que se usa para comparar el color y bri- llo de las estrellas) indi- cando que pertenecen a una población estelar claramente distinta. El gran número de estre- llas extrañas involucra- das intrigaba a Amina y sus colegas, quienes sospechaban que po- dría tener algo que ver con la lechosa historia de la formación de la Vía Láctea y se pusieron a trabajar para enten- der sus orígenes. En el pasado, Amina y su grupo de investiga- ción habían utilizado si- mulaciones por ordena- dor para estudiar lo que pasa con las estrellas cuando se funden dos grandes galaxias. Cuando compara- ron esos dato con los de Gaia, los re- sultados simulados coincidieron con las observaciones. «El grupo de estre- llas que encontramos con Gaia. tiene todas las propiedades de lo que se es- peraría de los escombros de una fu- sión galáctica» , dice Amina. En otras palabras, ese grupo es lo que espera- ban de las estrellas que formaron una vez parte de otra galaxia y han sido absorbidas por la Vía Láctea. La mayor parte de las estrellas se for- man ahora en el interior del halo de nuestra galaxia, un componente di- fuso de viejas estrellas que nacieron en los primeros tiempos y ahora ro- UNIVERSO D os impresiones artísticas de la fu- sión entre la galaxia Gaia-Encelado y nuestra Vía Láctea, que tuvo lugar durante las primeras etapas de forma- ción de nuestra galaxia hace 10 mil millones de años. [ESA (artist’s impres- sion and composition); Koppelman, Villa-lobos and Helmi (simulation); NASA/ESA/Hubble (galaxy image)]

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