Universo enero-febrero 2019

11 ENERO-FEBRERO 2019 planeta y, por este mo- tivo, pertenece a la categoría de súper- Tierras, el tipo de planeta que se descubre con mayor fre- cuencia en órbita alrededor de estrellas de baja masa, un escenario que da credibilidad a los resultados del equipo de Ribas. Es interesante observar que las teorías ac- tuales de la formación planetaria predicen que la línea de nieve es la distancia más fa- vorable para el nacimiento de las súper-Tie- rras. Descubrir uno de estos planetas en la órbita en la que probablemente se formó, dentro de un sistema ya con- solidado, podría cuestionar algunos aspectos de las teorías de la migra- ción planetaria, lo que perjudica el mantenimiento de la órbita original. Sin embargo, es posible que Bar- nard’s Star b no haya migrado porque no se haya perturbado su movimiento orbital ni por el polvo residual del disco proto- planetario ni por otros plane- tas externos. Esto no excluye, de todos modos, que en ese sistema pueda existir otro pla- neta, mucho más lejos, cuya presencia podría estar asocia- da con la modulación a largo plazo mencionada anterior- mente. Con referencia a esta posibilidad, en el artículo publi- cado por el equipo de investiga- ción en noviembre pasado en Nature, se sugiere la existencia de un segundo planeta con una masa mínima igual a 15 masas terrestres, en órbita a 4 UA de la estrella, pero es solo una hipótesis. Por el contrario, la existencia de Barnard’s Star b es casi segura, lo que lo convierte en el segundo exoplaneta más cercano a nosotros des- pués de Próxima Centauri b (que es más “si- milar” a la Tierra). Cuando la tecnología sea lo suficientemente madura como para enviar sondas a los siste- mas planetarios más cercanos, Barnard’s Star b será uno de los primeros destinos; mien- tras tanto, ciertamente podremos fotogra- fiarlo directamente y caracterizarlo con suficiente precisión. Si viaja a través de la ór- bita esperada, debería alejarse 220 mili-ar- cosegundos de su estrella, una distancia angular suficiente para hacerlo visible en los telescopios más poderosos que estarán dis- ponibles para los astrónomos en un futuro inminente. Aunque no hay esperanza de re- velar biomarcadores en su atmósfera, el es- tudio directo de Barnard’s Star b nos permi- tirá comprender mejor un tipo de planeta que, aunque es común en la galaxia, no está presente en nuestro sistema solar. U na visión ar- tística de Bar- nard’s Star b, iluminado por la luz roja de la es- trella. [IEEC/ Science-Wave – Guillem Ramisa] ! UNIVERSO

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